jueves, 28 de marzo de 2019

Bichos raros: Los que vuelan más allá.



Generalmente vienen acompañados de etiquetas, rodeados de dimes y diretes, pero sobre todo vienen sobrecargados de una gran falta de comprensión. Simplemente se atrevieron a ser diferentes en un mundo en donde prácticamente la mayoría quiere o necesita encajar. Ellos no, ellos simplemente son. 
Me atrevería a decir que el 70% de la población siguen el protocolo de una vida que no ofrezca tanto riesgo ni tantos aspavientos. 
Supongo que la supervivencia y la necesidad de formar parte de un grupo tienen que ver. Sin embargo, siempre habrá alguien (o algo) distinto, y siempre habrá quien tema, sufra, y hasta pierda el sueño porque existe esa diversidad, porque existen los “bichos raros”... Bienaventurados que son, por cierto, porque de ellos, de esos "bichos raros", está hecho en ocasiones el reino del futuro, el del pensamiento y el actuar creativos, el de la humanización de las relaciones cuasi-humanas que dominan hoy el panorama de este mundo tan caótico.
Necesitamos de ellos, requerimos de su osadía para admirar y observar sus problemas para aprender que los límites existen por algo, pero que también hay límites que pueden ser destruidos, para crear otros y así sucesivamente. Son estos bichos raros quienes en ocasiones nos hacen la vida más entretenida, más llena de cotilleos ya que nos muestran lo posible de lo imposible y de lo que nadie se atreve a hacer. Quizá por miedo o por estructura social, quizá por costumbre, por moral o moda. 
Son necesarios sin duda alguna, son los futuros reformadores, inventores, descubridores, démosle la oportunidad de ser, permitámosles sentirse un poco bien dentro de este mundo muchas veces cuadrado, dejémoslos volar con esas alas que tienen tan coloridas y llamativas y que en ocasiones no quieren desplegar por miedo a incomodar.

De moral y filosofía: Del dicho al hecho, la moral se nos atraviesa.



La moral es la ciencia que enseña, no cómo hemos de ser felices, sino cómo hemos de llegar a ser dignos de la felicidad. Esta frase de Immanuel Kant nos dice que generalmente el camino que tomamos para hacer las cosas correctas no siempre nos hará sentirnos muy felices que digamos. Pero, ¿Qué es en sí la moral y para que nos sirve?
La moral como tal surge cuando el hombre hace a un lado su individualidad y se somete a una naturaleza social, al momento de formar parte de una comunidad. La moralidad aparece como una regulación de la conducta de los individuos entre sí y como parte de una sociedad.
La filosofía moral hace referente en la evolución social, esto significa que se presenta respondiendo a las necesidades y cumpliendo una determinada función social. Por lo tanto, cada individuo se subordina a determinados hábitos, tradiciones, costumbres, valores y normas morales que sirven como guía para una convivencia equilibrada entre ese colectivo.
La base de la filosofía moral es la necesidad practica de hacer coincidir la actividad y los intereses del individuo con la actividad y los intereses de grupos sociales. Así,  todas las normas y relaciones morales surgen y se desarrollan respondiendo a esa necesidad social.
Con lo anterior, podemos decir que la filosofía moral, tiene una gran impacto dentro de la función social ya que se basa en la regulación de las relaciones entre los hombres para asegurar el mantenimiento de determinado orden social y también regula las acciones de los individuos, en sus relaciones mutuas o las del individuo dentro de cada sociedad.



Arellano, J. (2013). De la filosofía moral a la filosofía moral aplicada. Recuperado de http://www.medigraphic.com/pdfs/cirgen/cg-2013/cgs132i.pdf

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